¿Quién eres tú que sin querer me amas?
Que llegas cuando los demás se han ido
y apacientas mi espíritu afligido.
¿Quién eres tú? Dime ¿Cómo te llamas?
¿Por qué ese extraño bálsamo derramas
en mis heridas? Dí ¿Por qué has venido?
¿Por qué sin yo pedirlo me has seguido?
¿Quién eres tú? ¿Quién? Que mi alma inflamas.
No me digas, si no quieres, tu nombre
pero al menos déjame conocerte,
que tu palabra y que tu luz me asombre.
Tú que puedes más que la negra muerte,
tú que sabes bien cómo sufre un hombre:
muéstrame tu rostro, déjame verte.
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