tus dedos se entrelazaron
con los míos.
Muy en silencio anduvimos
sin dirección, largo rato,
sin camino.
Al llegar a ningún sitio
detuvimos nuestros pasos
al unísono.
Nos miramos con sigilo
y tus ojos se cerraron
sin motivo.
Luego tan solo esperamos
y tus labios se enlazaron
con los míos.
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