la hora de los hombres enfadados,
no hay sitio para los que se debaten
en la duda. Los muchos indignados
hoy daremos sin miedo un paso al frente.
¿Por qué luchar? Decís desconcertados:
para derrotar a quien nos miente,
para reclamar nuestra libertad,
para que vuelva el poder a la gente,
para que prospere la verdad.
Y aunque nuestras fuerzas estén mermadas
otros muchos nos apoyan, confiad.
Si las personas somos doblegadas
al menos quedará la dignidad.
Amigos míos, ¡a las barricadas!
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