me cuentan las aceras envidiosas,
y a todos perfumabas
de sándalo y de rosas,
murmuran las paredes y las cosas.
¿Quién me tendrá una cura?
Para esta comezón por la que muero
de fruta ya madura
de la que brota el suero:
hoy nadie me dará lo que yo quiero.
A todos los que dicen
de ti lo que ya sé no los escucho
por más que me enfaticen
que el daño será mucho
por ti yo sigo tan sufriendo y lucho.
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Muchas gracias