para olvidar por fin aquellas cosas
que airean falsos sabios.
Comí frutas jugosas
de un huerto que se esconde entre tus rosas.
Allí nos solazamos,
allí nos enseñamos mutuamente,
sin prisas nos amamos
muy lejos de la gente;
allí juré yo amarte eternamente.
Y ahora ya soy tuyo:
mis cosas, mis palabras, mi camisa,
mi voz y mi murmullo,
mis manos, mi sonrisa,
mis ganas de volver y mi premisa.
que airean falsos sabios.
Comí frutas jugosas
de un huerto que se esconde entre tus rosas.
Allí nos solazamos,
allí nos enseñamos mutuamente,
sin prisas nos amamos
muy lejos de la gente;
allí juré yo amarte eternamente.
Y ahora ya soy tuyo:
mis cosas, mis palabras, mi camisa,
mi voz y mi murmullo,
mis manos, mi sonrisa,
mis ganas de volver y mi premisa.
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