con esa compasión que no se agota,
remiéndame esta alma sucia y rota
que apenas ya recuerda si te amaba.
Yo quiero el manantial de luz que lava
de aquella rara ínsula remota
entre verdes praderas, donde brota
la vida que a raudales se me daba.
Sosiégame que estoy desesperado,
abrázame la cruz que ya no puedo,
me caigo de rodillas derrotado
y ya no me levanto, aquí me quedo
¿por qué será que me has abandonado
ahora que hace frío y tengo miedo?
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Muchas gracias