@nanadelosmares
Mi niño duerme tranquilo
en los mares de su madre:
que paren todas las guerras,
que acaben todos los males.
Hijo mío, en este mundo
al que en poquito nos naces,
calienta el sol en verano
hierba que el ganado pace.
Y los montes se levantan,
a veces, sin despertarse,
llenos de legañas blancas
cuando el invierno las hace.
Piensa en la cebada fresca,
en el ganado que pace.
Piensa en la montaña blanca
si te aparecen los males.
Hijo mío, en este mundo
al que en poquito nos naces,
hay gente buena y sincera
y amigos en cualquier parte.
Hay también buenos propósitos
y quien los saque adelante;
hombros que siempre se arriman
dispuestos para ayudarte.
Piensa en las buenas personas,
en hombros por arrimarse.
Piensa en íntimos amigos
cuando el cariño te falte.
Hijo mío, en este mundo
al que en poquito nos naces,
hay cosas buenas y malas,
buenos actos, malas artes.
Gente de bien y de mal,
quien te quiera y quien te falte.
Pero si algún día sientes
que el corazón se te parte,
que la vida está sombría,
que nada la pena vale.
Si algún día solo sientes
la amargura, no te amargues:
sumérgete en el recuerdo
de los mares de tu madre.
Mi niño duerme tranquilo
en los mares de su madre:
que paren todas las guerras,
que acaben todos los males.