hoy -dijo el opresor.
Puedes beber del agua de todos,
cada vez -dijo el político.
Bebe el agua de mi mano
solamente
-dijo la amante.
Bebe el agua del río
si tienes sed,
porque no será nunca
tuyo ni mío
-dijo el poeta.
Tengo sed
-dijo el hombre libre y bebió.
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