mi pelo con tu pelo se mezclaba
y vi el sincero sello
de tu ojo que miraba
en donde a mi pupila se le clava.
Adentro me llegaste
mis venas repartieron tu mirada
y en mí te atrincheraste,
pequeña, acurrucada,
ahí ya no queda sitio para nada.
Olvida que fui otro
más feo, mas idiota, más canalla.
Olvida que fui potro
que no detiene valla,
aquel se fue, no vuelve, ya se calla.
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