@monótonasoledad2
La mesa que fue cerezo
ya no echará flores blancas
y mis brazos desvaídos
se han convertido en dos ramas.
El ligero ronroneo
con que me aturde una máquina
sobre la mesa marchita
me recuerda que soy nada.
Siento mis pies en el suelo
enraizados como plantas
y mi dedos con las teclas
fundidos en la pantalla.
Quiero marcharme corriendo
y miro si aun tengo un alma
pero el cable del enchufe
coge mi pierna y la ata.
Luego el silencio estancado,
las asépticas palabras,
no dejan de repetirme
que la vida se me pasa.
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