@noteolvidosoledad
Te he echado tanto de menos
en estos días vacíos
donde ni siquiera hablaba
-¿lo creerás?- conmigo mismo,
que te escribo por saber
en dónde te has escondido
porque me encuentro muy raro
sin contarte el infinito.
Tu silencio, soledad,
en el que tanto me inspiro
se me llenó de repente
de extraños desconocidos.
No tardé en saberme solo
en medio de aquel gentío
pero no era como antes
créeme, no era lo mismo.
Te busqué por las esquinas
de mi cerebro vacío;
te busqué por esos bares
donde siempre hacía frío.
Busque tu nombre en mujeres
que me robaban lo íntimo;
busqué tu silencio hablando,
y tampoco fue lo mismo.
Ya cansado de buscar
pensando haberte perdido
me fue surgiendo por dentro
del alma un escalofrío.
Y miré hacia mi interior,
y te habías escondido,
junto al corazón enfermo
y al espíritu vacío.
Echaba tanto de menos
compartir lo que sufrimos,
las lágrimas y alegrías,
tu inquietud y tu cariño:
querida amiga, te he echado
tanto de menos, tantísimo,
que me decidí a encerrarme
a pensar conmigo mismo
la manera de expresarte
tres palabras: no te olvido.